Pedir celebrar una Misa, es hacer un acto de fe en el poder del Amor de Cristo, que nos ha manifestado en el Misterio de su Cruz y de su Resurreción. La Eucaristía es este mismo Misterio que se sigue celebrando en todos los lugares y a lo largo de todos los tiempos.
La misa es celebrada siempre por todos: el Amor infinito de Cristo abraza en su corazón a la humanidad entera y a cada uno personalmente. ¡La Eucaristia siempre tiene un valor universal!
Sin embargo, es tradicion en la Iglesia añadir una intención particular por la cual el sacerdote celebra la Eucaristía. Todos pueden pedir que una misa sea celebrada por tal intención en particular.
Pedir celebrar una misa, es por lo tanto entrar en la oración de Jesús y de la Iglesia, es confiar al amor de Dios una intención particular que llevamos.
Todas las obras reunidas no equivalen al santo Sacrificio de la Misa, porque son obras de los hombres; mientras que la Misa es obra de Dios, es el Sacrificio que Dios hace de su cuerpo y de su sangre por amor a los hombres.mes de son Corps et de son Sang.
Por lo tanto, el modo más propio y eficaz de honrarlos es rezar por ellos, ofreciendo actos de fe, de esperanza y de caridad. En unión con el Sacrificio eucarístico, podemos interceder por su salvación eterna y experimentar la más profunda comunión, en espera de reunirnos con ellos, a fin de gozar para siempre del Amor que nos ha creado y redimido.
Intenciones
Para dar gracias a Dios
Podemos ofrecer una misa en acción de gracais por un acontecimiento alegre: nacimiento, cumpleaños, aniversario de boda, curación, paz encontrada… o por cualquier gracia recibida, de orden material o espiritual.
Para pedir a Dios
Se puede presentar como inteción toda petición que se lleva en el corazón y que va en el sentido de la Voluntad de Dios, en todos los ámbitos de la vida: salud, familia, estudios, trabajo, discernimiento de una decisión, etc. Se puede pedir por uno mismo o por los demás: padres, hijos, amigos, o por cualquier otra persona.
Por los Difuntos
Por la gracia de la Eucaristía, nuestros hermanos y hermanas difuntos pueden ser auxiliados, purificados y liberados de los vinculos que todavía les impiden entrar en la alegría del Cielo. Una misa celebrada por la intención de un difunto tiene un valor inestimable, porque es el Amor de Cristo que sale a su encuentro y le libera. Es el don más preciado que podamos hacer a un ser querido que nos ha dejado.
Ofrenda
La misa no tiene precio, es un bien espiritual. Pero desde los orígenes del cristianismo, los fieles han contribuído a la celebración de la Eucaristía a través de dones y ofrendas destinadas a asegurar los gastos del culto, la subistencia de los sacerdotes, la vida de la Iglesia.
No se trata por tanto de comprar una misa, por ello no se habla del «precio» de una misa sino más bien de la « ofrenda ». Se trata de una participación financiera cuyo objetivo principal es cubrir la necesidades del sacerdote y de su comunidad.
El importe de la ofrenda está fijado por la conferencia episcopal, en cada país, con el fin de evitar todo exceso. Sin embargo, para la persona que no tenga recursos, la ofrenda puede ser menor según sus posibilidades.
De todas maneras, hay que mirar esta participación como un don que viene del corazón. En la comunión con el sacerdote y toda la Iglesia que celebra, aquel que ofrece una misa presenta su intención al Señor para que en el amor de Cristo, su oración sea acogida por el Padre.
Ofrecer una misa
Ofrenda sugerida: 10€
Ofrecer un Novenario
Una novena de misas significa que, durante nueve dís consecutivos, la misa se celebra por la intención pedida.
Esta tradición se inspira, como todas la novenas de oración, de los nueve días que separan la Ascención de Pentecostés. En los Hechos de los Apóstoles, vemos a los discípulos de Jesús, en oración con la Virgen María. Es la Iglesia la que, durante nueve dís, espera, reza, implora a Dios para obtener el don del Espíritu Santo «Paraclito» prometido por Cristo.
Confiar una intención de oración ofreciendo una novena de misas, es expresar el deseo de obtener una gracia. Es ponerla con confianza en la oración de la Iglesia, que es la Eucaristía, fuente de todas las gracias y de todo bien.
Ofrenda sugerida: 90€
Ofrecer un Treintanario
Un Treintanario esta consituido de treinta misas celebradas durante treinta dias consecutivos a la intencion de un solo difunto.
Celebrar un Treintanario para una persona difunta querida es confiarla a la Misericordia de Dios y al Poder de la Eucaristia.
Ofrenda sugerida: 300€