Misioneros de la esperanza

« Id, y haced discípulos a todas las naciones. »

Mateo 28

Los hermanos toman la carta Evangelii gaudium como Carta Magna de su vida misionera. Así, desean comunicar la luz de Cristo, descubriendo esto como el servicio más grande que pueden dar a los hombres a los que son enviados, para que hagan la experiencia de una esperanza que no engaña nunca y de la alegría de ser tan amados por Dios.

Esta alegría del Evangelio y esta misericordia del Padre manifestada en Cristo nuestro Señor es el gran testimonio que los hermanos pueden aportar a los hombres y a las mujeres, a los ricos y a los pobres, a los jóvenes y a los viejos, a los enfermos y a los que están en buena salud, permaneciendo atentos a cada persona y a todo su condicionamiento humano y cultural.

Cada mision es, en primer lugar, una respuesta al llamado del obispo de la diócesis de donde los hermanos han sido llamados, y puede tomar así diversas orientaciones, según el lugar: ser un oasis de oración y de misericordia donde recibir los sacramentos y vivir la liturgia, grupos y campamentos con jóvenes, horas santas, pastoral universitaria, formación, misiones en colonias pobres, centros de retiro para sacerdotes, predicación a otras comunidades religiosas, grupos de matrimonios y familias, etc. Asocian a sus misiones a las personas laicas o sacerdotes que quieren vivir, de manera más cercana, el espíritu de la comunidad. Les gusta hacerles partícipes de su labor apostólica y contar también con sus talentos.

“Tu corazón sabe que no es lo mismo la vida sin Él, entonces eso que has descubierto, eso que te ayuda a vivir y que te da una esperanza, eso es lo que necesitas comunicar a los otros.”

— Papa Francisco, Evangelii Gaudium, §121